miércoles, 1 de abril de 2009

BIOGRAFIAS









STALIN:Stalin

(Iosif o Jossif Vissariónovich Dzhugashvili) Dictador soviético (Gori, Georgia, 1879 - Moscú, 1953). Era hijo de un zapatero pobre y alcohólico de la región caucásica de Georgia, sometida a la Rusia de los zares. Quedó huérfano muy temprano y estudió en un seminario eclesiástico, de donde fue expulsado por sus ideas revolucionarias (1899). Entonces se unió a la lucha clandestina de los socialistas rusos contra el régimen zarista. Cuando en 1903 se escindió el Partido Socialdemócrata, siguió a la facción bolchevique que encabezaba Lenin.

Fue un militante activo y perseguido hasta el triunfo de la Revolución bolchevique de 1917, época de la que procede su sobrenombre de Stalin («hombre de acero»). La lealtad a Lenin y la falta de ideas propias le permitieron ascender en la burocracia del partido (rebautizado como Partido Comunista), hasta llegar a secretario general en 1922.



TROTSKI:Lev Davídovich Bronstein, en ucraniano transliterado Bronštein o Bronshtein (Лев Давидович Бронштейн), más conocido como León Trotsky, nació en Yanovka, Ucrania el 7 de noviembre de 1879 (26 de octubre según el calendario juliano prerevolucionario) y murió en Coyoacán, Ciudad de México, el 21 de agosto de 1940.

Político y teórico revolucionario soviético, protagonista de la revolución bolchevique en Rusia en 1917. Negoció la retirada de Rusia de la Primera Guerra Mundial mediante la Paz de Brest-Litovsk. Tuvo a su cargo la creación del Ejército Rojo que consolidaría definitivamente los logros revolucionarios venciendo a 14 ejércitos extranjeros y a los Ejércitos Blancos contrarrevolucionarios durante la Guerra civil rusa.

León Trotsky, fue el quinto hijo de una pareja de pequeños terratenientes judíos de clase media. Estudió matemáticas por un breve período en Nikolayev. Fue en este período en el que comienza su verdadero activismo. Primero, adherido al llamado populismo agrario para después integrarse definitivamente en el marxismo. Es en Nikolayev donde organizó la Liga Obrera del Sur de Rusia, cuyas actividades contra el régimen autocrático zarista harían que fuera detenido, encarcelado y posteriormente desterrado a Siberia.

Finalmente logra evadirse de su encarcelamiento y consigue llegar a Londres donde conoce a Lenin, a Yuli Mártov y a Georgi Plejánov, principales dirigentes del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia (POSDR), que editaban el periódico Iskra ("La Chispa"), con el cual colaboró. Es entonces cuando empezará a utilizar el seudónimo de Trotsky, nombre de uno de sus carceleros de Siberia. Durante esta época, no llega a enmarcarse en ninguna de las dos corrientes dentro del partido: la facciones bolchevique y la menchevique.

En el segundo congreso del POSDR, celebrado en Londres en 1903, Trotsky coincidió en la primera parte con Lenin, pero en las cuestiones centrales que deslindaron los campos entre los marxistas revolucionarios encabezados por Lenin y los reformistas, el Programa y los Estatutos, Trotsky se alineó con los mencheviques, calificando a Lenin como el "jefe del ala reaccionaria del Partido" y desorganizador del POSDR.[1] Sin embargo, no estableció fuertes vínculos con la facción menchevique.

Apartado de los principales dirigentes de la socialdemocracia se apresuró a regresar a Rusia para participar en la revolución de 1905, durante la cual fue uno de los organizadores del primer soviet (consejo revolucionario) en San Petersburgo, y asumió el papel de dirigente principal. Fracasada la revolución, fue encarcelado y deportado de nuevo a Siberia. Durante esta época escribe dos de sus obras: 1905 y Resultados y perspectivas.

En 1912 participó activamente de la llamada Alianza de Agosto, alineándose junto a los mencheviques liquidacionistas, y se opuso férreamente a la organización de un partido firmemente centralizado. Fue lo que él mismo llamó "una alianza de elementos heterogéneos contra el ala proletaria del partido".[2]


BENITO MUSSOLINI:Predappio, Italia, 1883-Mezzegra, id., 1945) Político italiano. Hijo de una familia humilde, su padre era herrero y su madre maestra de escuela. Cursó estudios de magisterio, a cuyo término fue profesor durante períodos nunca demasiado largos, pues combinaba la actividad docente con continuos viajes. Pronto tuvo problemas con las autoridades, y fue expulsado de Suiza y Austria, donde había iniciado contactos con sectores próximos al movimiento irredentista.

En su primera afiliación política, sin embargo, se acercó al Partido Socialista, atraído por su ala más radical. Del socialismo, más que sus postulados sociales y reformadores, le sedujo su vertiente revolucionaria. En 1910 fue nombrado secretario de la federación provincial de Forli y poco después se convirtió en editor del semanario La Lotta di Classe (La lucha de clases).

La victoria del ala radical en el congreso de Reggio nell’Emilia, celebrado en 1912, le proporcionó mayor protagonismo en el seno de la formación política, que aprovechó para hacerse cargo del periódico milanés Avanti, órgano oficial del partido. Aun así, sus opiniones acerca de los enfrentamientos armados de la «semana roja» de 1914 motivaron cierta inquietud entre sus compañeros de filas, atemorizados por su radicalismo. La división entre Mussolini y el partido se acrecentó con la proclama de neutralidad del primero tras la entrada de Italia en la Primera Guerra Mundial en agosto de 1914. En noviembre del mismo año fundó el periódico Il Popolo d’Italia, de tendencia ultranacionalista, lo que le valió la expulsión del Partido Socialista.

Posteriormente, quiso capitalizar el sentimiento de insatisfacción que se apoderó de la sociedad italiana tras el fin de la contienda haciendo un llamamiento a la lucha contra los partidos de izquierdas, a los que señaló como culpables del descalabro, y para ello creó los fasci di combattimento, grupos armados de agitación que constituyeron el germen inicial del partido fascista. Consiguió ganarse el favor de los grandes propietarios y salir elegido diputado en las elecciones de mayo de 1921.

La impotencia del gobierno para hacer frente a la situación en que se encontraba el país y la disolución del Parlamento allanaron el camino para la denominada marcha sobre Roma, acontecida el 22 de octubre de 1922. Su entrada triunfal en la capital italiana, en la cual no encontró ninguna oposición, pues contó con el beneplácito del ejército y del gobierno, motivó su nombramiento de primer ministro por parte del rey Víctor Manuel III.

Gradualmente, aunque con mayor ímpetu tras el asesinato del diputado socialista Giacomo Matteotti en 1924, se erigió como único poder, aniquiló cualquier forma de oposición y acabó por transformar su gobierno en un régimen dictatorial. Apoyado por un amplio sector de la población y con la baza a su favor de un eficaz sistema propagandístico, realizó fuertes inversiones en infraestructuras y recuperó viejos proyectos expansionistas, como la conquista de Etiopía (1935) y la anexión de Albania (1939).

Tras la llegada al poder de Hitler en Alemania, fue acercándose al nazismo, y tras las primeras victorias alemanas en la Segunda Guerra Mundial, que juzgó definitivas, declaró la guerra a los aliados. Sin embargo, el fracaso del ejército italiano en Grecia, Libia y África oriental, así como el avance de las tropas aliadas, motivaron su encarcelamiento por orden de Víctor Manuel III, quien impulsó un golpe de Estado y decretó el fin del fascismo (julio de 1943).

Liberado por paracaidistas alemanes (12 de septiembre de 1943), creó una república fascista en el norte de Italia (República de Salò) pero el avance aliado le obligó a emprender la huida hacia Suiza. Intentó cruzar la frontera disfrazado de oficial alemán, pero fue descubierto en Dongo por miembros de la Resistencia (27 de abril de 1945), al día siguiente fue fusilado con su compañera Clara Petacci.



HITLER:Máximo dirigente de la Alemania nazi (Braunau, Bohemia, 1889 - Berlín, 1945). Hijo de un aduanero austriaco, su infancia transcurrió en Linz y su juventud en Viena. La formación de Adolf Hitler fue escasa y autodidacta, pues apenas recibió educación. En Viena (1907-13) fracasó en su vocación de pintor, malvivió como vagabundo y vio crecer sus prejuicios racistas ante el espectáculo de una ciudad cosmopolita, cuya vitalidad intelectual y multicultural le era por completo incomprensible.

De esa época data su conversión al nacionalismo germánico y al antisemitismo. En 1913 Adolf Hitler huyó del Imperio Austro-Húngaro para no prestar servicio militar; se refugió en Múnich y se enroló en el ejército alemán durante la Primera Guerra Mundial (1914-18). La derrota le hizo pasar a la política, enarbolando un ideario de reacción nacionalista, marcado por el rechazo del nuevo régimen democrático de la República de Weimar, a cuyos políticos acusaba de haber traicionado a Alemania aceptando las humillantes condiciones de paz del Tratado de Versalles (1918).

De vuelta a Múnich, Hitler ingresó en un pequeño partido ultraderechista, del que pronto se convertiría en dirigente principal, rebautizándolo como Partido Nacionalsocialista de los Trabajadores Alemanes (NSDAP). Dicho partido se declaraba nacionalista, antisemita, anticomunista, antisocialista, antiliberal, antidemócrata, antipacifista y anticapitalista, aunque este último componente revolucionario de carácter social quedaría pronto en el olvido; este abigarrado conglomerado ideológico, fundamentalmente negativo, se alimentaba de los temores de las clases medias alemanas ante las incertidumbres del mundo moderno. Influenciado por el fascismo de Mussolini, este movimiento, adverso tanto a lo existente como a toda tendencia de progreso, representaba la respuesta reaccionaria a la crisis del Estado liberal que la guerra había acelerado.

Sin embargo, Hitler tardaría en hacer oír su propaganda. En 1923 fracasó en un primer intento de tomar el poder desde Múnich, apoyándose en las milicias armadas de Ludendorff («Putsch de la Cervecería»). Fue detenido, juzgado y encarcelado, aunque tan sólo pasó en la cárcel un año y medio, tiempo que aprovechó para plasmar sus estrafalarias ideas políticas en un libro que tituló Mi lucha y que diseñaba las grandes líneas de su actuación posterior.

De nuevo en libertad desde 1925, Hitler reconstituyó el NSDAP expulsando a los posibles rivales y se rodeó de un grupo de colaboradores fieles como Goering, Himmler y Goebbels. La profunda crisis económica desatada desde 1929 y las dificultades políticas de la República de Weimar le proporcionaron una audiencia creciente entre las legiones de parados y descontentos dispuestos a escuchar su propaganda demagógica, envuelta en una parafernalia de desfiles, banderas, himnos y uniformes.

Combinando hábilmente la lucha política legal con el uso ilegítimo de la violencia en las calles, los nacionalsocialistas o nazis fueron ganando peso electoral hasta que Hitler -que nunca había obtenido mayoría- se hizo confiar el gobierno por el presidente Hindenburg en 1933.

Desde la Cancillería, Hitler destruyó el régimen constitucional y lo sustituyó por una dictadura de partido único basada en su poder personal. El Tercer Reich así creado fue un régimen totalitario basado en un nacionalismo exacerbado y en un complejo de superioridad racial sin fundamento científico alguno (basado en estereotipos que contrastaban con la ridícula figura del propio Hitler).

Tras la muerte de Hindenburg, Hitler se hizo nombrar Führer o «caudillo» de Alemania y se hizo prestar juramento por el ejército. La sangrienta represión contra los disidentes culminó en la purga de las propias filas nazis durante la «Noche de los Cuchillos Largos» (1934) y la instauración de un control policial total de la sociedad, mientras que la persecución contra los judíos, iniciada con las racistas Leyes de Núremberg (1935) y con el pogromo conocido como la «Noche de los Cristales Rotos» (1938) culminó con el exterminio sistemático de los judíos europeos a partir de 1939 (la «Solución Final»).

La política internacional de Hitler fue la clave de su prometida reconstitución de Alemania, basada en desviar la atención de los conflictos internos hacia una acción exterior agresiva. Se alineó con la dictadura fascista italiana, con la que intervino en auxilio de Franco en la Guerra Civil española (1936-39), ensayo general para la posterior contienda mundial; y completó sus alianzas con la incorporación del Japón en una alianza antisoviética (Pacto Antikomintern, 1936) hasta formar el Eje Berlín-Roma-Tokyo (1937).

Militarista convencido, Hitler empezó por rearmar al país para hacer respetar sus demandas por la fuerza (restauración del servicio militar obligatorio en 1935, remilitarización de Renania en 1936); con ello reactivó la industria alemana, redujo el paro y prácticamente superó la depresión económica que le había llevado al poder.

Luego, apoyándose en el ideal pangermanista, reclamó la unión de todos los territorios de habla alemana: primero se retiró de la Sociedad de Naciones, rechazando sus métodos de arbitraje pacífico (1933); luego forzó el asesinato de Dollfuss (1934) y el Anschluss o anexión de Austria (1938); a continuación invadió la región checa de los Sudetes y, tras engañar a la diplomacia occidental prometiendo no tener más ambiciones (Conferencia de Múnich, 1938), ocupó el resto de Checoslovaquia, la dividió en dos y la sometió a un protectorado; aún se permitió arrebatar a Lituania el territorio de Memel (1939).

Pero, cuando el conflicto en torno a la ciudad libre de Danzig le llevó a invadir Polonia, Francia y Gran Bretaña reaccionaron y estalló la Segunda Guerra Mundial (1939-45). Hitler había preparado sus fuerzas para esta gran confrontación, que según él habría de permitir la expansión de Alemania hasta lograr la hegemonía mundial (Protocolo Hossbach, 1937); en previsión del estallido bélico había reforzado su alianza con Italia (Pacto de Acero, 1939) y, sobre todo, había concluido un Pacto de no-agresión con la Unión Soviética (1939), acordando con Stalin el reparto de Polonia.

El moderno ejército que había preparado obtuvo brillantes victorias en todos los frentes durante los primeros años de la guerra, haciendo a Hitler dueño de casi toda Europa mediante una «guerra relámpago»: ocupó Dinamarca, Noruega, Holanda, Bélgica, Luxemburgo, Francia, Yugoslavia, Grecia. (mientras que Italia, España, Hungría, Rumania, Bulgaria y Finlandia eran sus aliadas, y países como Suecia y Suiza declaraban una neutralidad benévola).

Sólo Gran Bretaña resistió el intento de invasión (batalla aérea de Inglaterra, 1940-41); pero la suerte de Hitler empezó a cambiar cuando lanzó la invasión de Rusia, respondiendo tanto al ideal anticomunista básico del nazismo como al proyecto de arrebatar a la «inferior» raza eslava del este el «espacio vital» que soñaba para engrandecer a Alemania (1941). A partir de la batalla de Stalingrado (1943), el curso de la guerra se invirtió y las fuerzas soviéticas comenzaron una contraofensiva que no se detendría hasta tomar Berlín en 1945; simultáneamente se reabrió el frente occidental con el aporte masivo en hombres y armas procedente de Estados Unidos (involucrados en la guerra desde 1941), que permitió el desembarco de Normandía (1944).

Derrotado y fracasados todos sus proyectos, Hitler vio cómo empezaban a abandonarle sus colaboradores y la propia Alemania era arrasada por los ejércitos aliados; en su limitada visión del mundo no había sitio para el compromiso o la rendición, de manera que arrastró a su país hasta la catástrofe y finalmente se suicidó en el búnker de la Cancillería de Berlín donde se había refugiado, después de haber sacudido al mundo con su sueño de hegemonía mundial de la «raza» alemana, que provocó una guerra total a escala planetaria y un genocidio sin precedentes en los campos de concentración.

Más información en la monografía sobre Adolf Hitler.


GOEBBELS:Paul Joseph Goebbels (29 de octubre de 1897 – 1 de mayo de 1945†), político alemán, fue el ministro de propaganda de la Alemania Nazi, figura clave en el régimen y amigo íntimo de Adolf Hitler.[1]

Uno de los principales oradores del Tercer Reich, fue él quien pronunció el famoso discurso de la guerra total en el Palacio de los Deportes.[2] Tuvo un gran talento para persuadir a las masas. Tras la derrota de Alemania en la Segunda Guerra Mundial se suicidó junto a su esposa, después de que ésta hubiera matado a sus seis hijos.[3]

Joseph Goebbels nació el 29 de octubre de 1897, en Rheydt en el seno de una familia católica. Su padre era el contable Friedrich Goebbels y su madre, Maria Oldenhausen.[4] A los 4 años de edad sufrió una osteomielitis, que le atrofió la pantorrilla derecha y le dejó levemente cojo. Debido a esto y a su corta estatura, sus contrarios le pusieron después el apodo de "ungebleichter Schrumpfgermane" ('germano achicado sin blanquear'). Tuvo que usar zapatos ortopédicos en su pie derecho para compensar lo corto que era su pierna derecha en comparación a la izquierda. Pese a su minusvalía destacó por sus notas en el colegio y fue el mejor de su promoción al aprobar el bachillerato en 1917. Estudió en ocho universidades favorecido por algunas becas: Bonn, Friburgo, Würzburgo, Colonia, Francfort, Múnich, Berlín y Heidelberg, graduándose en esta última en 1921.[5] Estudió Filosofía, Literatura, Historia, Arte y Lenguas Clásicas. En 1921, obtuvo el Doctorado en la Universidad de Heidelberg con una tesis doctoral sobre Wilhelm von Schütz, siendo su director de tesis un profesor judío: Freiherr von Waldberg.

Goebbels se presentó como voluntario al ejército alemán en la Primera Guerra Mundial, pero fue rechazado por ser cojo. Cuando fue universitario, sintió afinidad por algunas ideas de izquierda; tuvo profesores judíos a los cuales estimaba e inclusive mantuvo una relación romántica con una joven de padres judíos.[6] Pese a su poco atractivo físico, Goebbels fue siempre un conquistador de mujeres; en su diario se encontró un registro de más de 30 amantes desde que lo escribió.[7]

Goebbels, debido a su rol protagonístico para el partido nazi y a su lealtad a Hitler, se hizo uno de sus más fiables amigos.[8]

Se casó en 1930 con Magda Quandt, una divorciada de la clase alta de Berlín. En los años posteriores tuvieron seis hijos en el siguiente orden:

Helga Susanne
Hildegard "Hilde" Traudel
Helmut Christian
Holdine "Holde" Kathrin
Hedwig "Hedda" Johanna
Heidrun "Heide" Elisabeth

Sus nombres comenzaban con la letra "H" para conmemorar el apellido del Führer. Goebbels pareció haberse obsesionado al principio por Magda, inclusive escribió en su diario: "Voy a dejar las mujeres y dedicarme enteramente a sólo una".[9] Su familia fue filmada, fotografiada y promocionada durante el régimen como la familia ideal aria. Fueron todos admiradores de Hitler, los niños inclusive lo llamaban tío. Sin embargo, este concepto estuvo a punto de cambiar cuando Magda solicitó a Hitler el divorcio debido a un romance que tuvo su marido con una actríz checa llamada Lída Baroova, con quien tenía planeado ir a vivir al Japón, siendo Goebbels el embajador de Alemania en ese país, para lo cual dejaría su papel de ministro a otro. Hitler le ordenó no hacerlo y Goebbels, fiel a su palabra, se quedó a vivir en Alemania con Magda.[10] [11]

Goebbels era siempre atento con sus hijos, en los videos de propaganda se les observa diciendo que su papá le gusta jugar con ellos, y que es su mejor amigo. Sin embargo, él sentía cierta preferencia hacia su único hijo varón, de quien quería que de grande fuera un "orgulloso luchador".[12]


Trayectoria en el partido nazi [editar]
Ascenso al ministerio [editar]Goebbels se unió al Partido Nazi en 1922.[13] Pero fue recién en 1926 que lo nombraron Gauleiter de Berlín por sus dotes de orador.[14] Se trasladó a Berlín ese mismo año por órdenes de Hitler para reorganizar su partido que para ese entonces sólo era de "nivel regional".[15] Fue nombrado por Hitler jefe de propaganda del NSDAP en 1930 y cuando el führer asumió el gobierno en 1933, fue declarado ministro de propaganda e ilustración popular.[16] Mediante la propaganda, Goebbels divinizó a Hitler, promovió el odio a lo extranjero, al comunismo y al judaísmo.[17]


Métodos y técnicas [editar]Cuando Goebbels era el encargado de la propaganda Nazi antes de que su partido estuviera en el gobierno alemán, organizó manifestaciones y quema de libros, inclusive fue supuestamente uno de los presuntos principales autores del incendio del Reichstag.[18]

Su función consistía en controlar todos los medios, la radio, televisión, cine, literatura, etc. Asímismo debía impedir que saliera a luz la información del exterior (muchas veces esto significaba ocultar la verdad). Era también el encargado de promocionar o hacer públicos los avisos del gobierno.[19]

Usó mucho lo que hoy en día se conoce como el marketing social, ensalzando muchos sentimientos de orgullo, promoviendo odios y en numerosas ocasiones mintiendo y convenciendo de cosas muy alejadas de la realidad.

Ante la necesidad de un fuerte respaldo económico, Goebbles inauguró la ayuda de invierno de 1941, en la que se promovía la colaboración del pueblo y el descuento obligatorio del 10% de los sueldos.

La ayuda de invierno fue un éxito y recaudó mucho. En esa temporada, los chicos de las Juventudes Hitlerianas salían con huchas en la mano a recaudar donaciones. Otra de las singularidades de este evento se observaba en algunos voluntarios, como dibujantes rápidos que hacían retratos por 2 marcos o más.[20]

También tuvo otras técnicas y métodos, como el de hacer esperar al público alemán por las noticias en tiempos de victoria para crear un fuerte suspenso y lograr que, cuando recibieran las buenas nuevas, la alegría fuera más duradera.[21]

A Goebbels se le atribuye mucha parte de la propaganda moderna, entre ellos sus 11 principios:[cita requerida]

Principio de simplificación y del enemigo único. Adoptar una única idea, un único símbolo. Individualizar al adversario en un único enemigo.
Principio del método de contagio. Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo. Los adversarios han de constituirse en suma individualizada.
Principio de la transposición. Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. "Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan".
Principio de la exageración y desfiguración. Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave.
Principio de la vulgarización. Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar.
Principio de orquestación. La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentarlas una y otra vez desde diferentes perspectivas, pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas. De aquí viene también la famosa frase: «Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad».
Principio de renovación. Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que, cuando el adversario responda, el público esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones.
Principio de la verosimilitud. Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sondas o de informaciones fragmentarias.
Principio de la silenciación. Acallar las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen el adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines.
Principio de la transfusión. Por regla general, la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales. Se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas.
Principio de la unanimidad. Llegar a convencer a mucha gente de que piensa «como todo el mundo», creando una falsa impresión de unanimidad.
Segunda Guerra Mundial [editar]A comienzos del conflicto bélico Goebbels prohibió terminantemente cualquier tipo de información proveniente desde el exterior de Alemania. Promovió la fe en el pueblo alemán para que se creyera firmemente en la victoria final. Este trabajo fue más difícil de 1943 a 1945, cuando empezaban a apreciarse signos inequívocos de que se estaba perdiendo la guerra. Tuvo un papel determinante en que fallara el atentado contra Hitler el 20 de julio de 1944, aprovechando la indecisión del comandante Otto Ernst Remer, y difundió rápidamente por radio que el golpe de estado había fracasado, lo que demostraba que Hitler y el Tercer Reich eran invencibles.[22]

Los bombardeos aéreos de los aliados destruyeron numerosas ciudades del país y Goebbels procuró que la indignación causada no se dirigiera contra el gobierno propio, sino contra los atacantes.

Cuando las noticias de los frentes no podían ocultar las derrotas militares con eufemismos, Goebbels apeló a la solidaridad, la confianza y la voluntad de vencer. Esta campaña propagandística culminó en la famosa reunión del 18 de febrero de 1943, en la que el representante del régimen nazi proclamó la Guerra Total (Der Totale Krieg) en el Palacio de Deportes de Berlín.[23]

Durante la caída de Alemania, Goebbels siguió haciendo creer al pueblo que la victoria llegaría finalmente.


Suicidio [editar]El 22 de abril de 1945, ante la inminente derrota total, Magda y sus 6 hijos fueron al Führerbunker, donde se hallaba Goebbels. Esos serían sus últimos días de vida.

En el búnker, habían improvisado un cuarto con 6 camas para los niños. Ellos pasaban la mayor parte del tiempo jugando con Eva Braun, Traudl Junge y algunos perros, como Blondi, el perro de Hitler.[24] Hitler ofreció un avión a la familia Goebbels para que escapara, pero Magda y su esposo se negaron a abandonar Berlín. El 30 de abril Magda rogó a Hitler que no se quitase la vida, pero sus intentos fueron en vano. Finalmente decidió envenenar a sus hijos y suicidarse.

El 1 de mayo, a los ocho días de permanencia en el búnker, Magda dejó inconscientes a sus niños con somníferos y luego los envenenó. Algunas versiones indican que los niños murieron porque les dieron veneno encubierto en chocolates, otras que fue una inyección que hicieron pasar por vacuna.

Ese mismo día, después de que Magda hubiera matado a sus hijos, ella y su marido decidieron perecer junto al régimen. Mucho se ha especulado respecto a cómo se quitaron la vida. Algunos sostienen que el Ministro se disparó mientras su esposa ingería veneno. Otros, que se disparon mutuamente. El criterio más difundido es que Goebbels dispuso al oficial de las SS Schwägermann que les diera un tiro a cada uno en la nuca. Lo cierto es que el gendarme recibió la orden de quemar los cuerpos para evitar que éstos fueran objeto de humillaciones o exhibiciones públicas.


HOOVER:(Herbert Clark Hoover; West Branch, Iowa, 1874 - Nueva York, 1964) 31.er presidente de los Estados Unidos de América. Este cuáquero conservador, educado en la Universidad de Stanford, trabajó como ingeniero de minas en Australia y China. Durante la Primera Guerra Mundial (1914-18) el presidente Wilson le encargó la organización del transporte de abastecimientos a los frentes de Europa.

Caracterizado como un liberal convencido de las virtudes del capitalismo individualista y competitivo, los republicanos le mantuvieron como secretario de Comercio durante las presidencias de Harding y Coolidge (1921-28); e incluso le promovieron a la presidencia en las elecciones de 1928, que ganó en medio de un clima de euforia económica que él mismo contribuyó a alimentar con su propaganda optimista.

No previó en absoluto la crisis bursátil de 1929, luego transformada en una depresión económica profunda y duradera, que pondría fin al tipo de capitalismo liberal que él conocía y defendía. Incapaz de hacer frente a la crisis, incluso agravó sus efectos al intentar combatirla con medidas contraproducentes, como la reducción del gasto público. Aquella crisis marcó todo su mandato (1929-33), impidiéndole cumplir las grandilocuentes promesas de prosperidad en las que había basado su campaña.

En política exterior fue aislacionista, procurando que los Estados Unidos se desentendieran de las tensiones de Europa y Asia, manteniendo el intervencionismo en Iberoamérica en defensa de sus intereses económicos. El descontento creado por la situación económica le hizo perder las elecciones de 1932 en beneficio del demócrata Franklin D. Roosevelt, quien corregiría a partir de 1933 el rumbo dado por Hoover tanto a la política exterior como a la política económica. Participó activamente en la oposición conservadora contra Roosevelt, defendiendo el aislacionismo incluso después de la Segunda Guerra Mundial (1939-45).

Más tarde, aproximadamente a las 23:00 , el contenido del búnker fue evacuado, lo que no permitió que los cadáveres del matrimonio Goebbels terminaran de incinerarse y se hicieron fácilmente reconocibles, para los oficiales soviéticos.


F.D. ROOSELVET:Franklin Delano Roosevelt nació el 30 de enero de 1882, en Hyde Park, Nueva York. Su padre, James Roosevelt (1828–1900), era un adinerado terrateniente y vicepresidente del ferrocarril de Delaware y Hudson. La familia de Roosevelt (véase árbol de familia de Roosevelt) había vivido en Nueva York durante más de doscientos años: Claes van Rosenvelt, originalmente de Haarlem en Países Bajos, llegó a Nueva York (entonces llamada Nieuw Amsterdam) hacia 1650. En 1788, Isaac Roosevelt era miembro de la convención del estado de Poughkeepsie nuevo que votó para ratificar la constitución de Estados Unidos, una cuestión que llenaba de orgullo a su descendiente Franklin.

En el siglo XVIII la familia Roosevelt se dividió en dos ramas, los "Roosevelts de Hyde Park", quienes a finales del siglo XIX eran el "Partido Demócrata de los Estados Unidos" o "Demócratas", y el "Oyster Bay, New York" o "Oyster Bay". El presidente Theodore Roosevelt, un republicano del Oyster Bay, era el quinto primo de Franklin. A pesar de sus diferencias políticas, las dos ramas siguieron llevándose bien. James Roosevelt conoció a su esposa en una reunión de la familia Roosevelt en Oyster Bay, y Franklin se casó con la sobrina de Theodore.

La madre de Roosevelt, Sara Ann Delano (1854–1941) era descendiente de Phillippe de la Noye, hijo de protestantes franceses hugonotes radicados en Leiden quien emigró en 1621 a Massachusetts. Ella era hija de Warren Delano cónsul de Estados Unidos en China, razón por la que pasó su niñez en dicho país, en su viaje de regreso a Estados Unidos los Délano vivieron un tiempo en Valparaíso en casa de sus parientes de Chile. Su madre pertenecía a los Lyman, otra familia de gran tradición en los Estados Unidos. Franklin fue su único hijo, y se convirtió en una madre extremadamente posesiva. Puesto que James era un padre ausente y muy mayor (tenía 54 años cuando nació Franklin), Sara fue la influencia dominante en los primeros años de Franklin. El mismo, mucho más tarde, indicó a sus amigos que durante toda su vida tuvo miedo de ella.

Roosevelt creció en una atmósfera privilegiada. Aprendió a montar a caballo, tiro, lucha y a jugar al polo y a tenis. Sus frecuentes viajes a Europa permitieron que pudiera hablar alemán y francés. No obstante, el hecho de que su padre fuera demócrata, le apartó de la mayoría de los miembros de la aristocracia de Hudson Valley. Los Roosevelt creían en el servicio público, y eran lo suficientemente ricos para emplear su tiempo y dinero en tareas filantrópicas.

Roosevelt acudió al Groton School, una residencia de estudiantes de la Iglesia Episcopal en los Estados Unidos de América cercana a Boston. Estaba profundamente influido por su director, Endicott Peabody que predicaba el deber cristiano de ayudar a los menos afortunados y fomentaba que sus alumnos ingresaran en el servicio público. Roosevelt se graduó en Groton en 1900, y posteriormente ingresó en la Universidad Harvard, donde estudió moda doméstica y se graduó en artes en 1904 sin muchos esfuerzos para estudiar. Mientras estaba en Harvard, Theodore Roosevelt se convirtió en Presidente, y su vigoroso estilo de gobierno y su celo reformista se convirtieron en el modelo de Franklin. En 1903, conoció a su futura mujer Eleanor Roosevelt, sobrina de Theodore, en una recepción en la Casa Blanca (previamente se habían conocido como niños, pero éste fue su primer encuentro serio).

Posteriormente, Roosevelt acudió a la Facultad de Derecho de la Universidad.
Columbia. Pasó el bar exam y satisfizo los requisitos para graduarse en Derecho en 1907, pero finalmente no lo hizo. En 1908 comenzó a trabajar con Ledyard y Milburn, prestigiosa firma de Wall Street, donde ejerció fundamentalmente el derecho de sociedades.

John Maynard Keynes:Economista inglés (Cambridge, 1883 - Firle, Sussex, 1946). Recibió una educación de elite en Eton y Cambridge, orientándose hacia la economía por consejo de su maestro, Alfred Marshall. Tras un breve periodo trabajando en el servicio administrativo británico para la India, en 1909 entró como profesor en el King’s College de Cambridge, donde enseñaría economía hasta su muerte. Fue un hombre de vasta cultura, un humanista erudito y de prosa exquisita, gran orador, contertulio y mecenas de intelectuales y artistas; pero también fue un hombre de mundo interesado por los asuntos políticos y por la economía práctica, dedicando parte de su tiempo a negocios ajenos y propios con los que llegaría a hacerse millonario.Todos sus escritos económicos fueron respuesta a problemas acuciantes de la economía de su tiempo. Así, como fruto de su trabajo en la Administración colonial, escribió La moneda india y las finanzas (1913). Las consecuencias económicas de la paz (1919) fue resultado de su participación como representante del Tesoro en la delegación británica enviada a negociar el Tratado de Versalles después de la derrota de Alemania en la Primera Guerra Mundial (1914-18); Keynes dimitió de aquel cargo para mostrar su desacuerdo con las duras condiciones impuestas a los vencidos y escribió este libro para argumentar que tales condiciones, fruto de un espíritu de venganza, serían imposibles de cumplir y conducirían a la ruina económica de Alemania, con graves consecuencias para el resto del mundo.

Desgraciadamente, el tiempo demostró que sus previsiones eran acertadas, y Keynes volvió sobre el tema en Una revisión del tratado (1922). Las cuestiones monetarias siguieron atrayendo su atención en el Tratado sobre la reforma monetaria (1923) y el Tratado sobre el dinero (1930), en donde criticó respectivamente la adhesión al patrón oro y la teoría cuantitativa de la moneda.

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