jueves, 28 de febrero de 2008

EL EXPLICIT DEL POEMA DE MIO CID


EL CAMINO DEL CID


POEMA DE MIO CID

Al abordar la figura de Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, es necesario diferenciar cuidadosamente entre los datos históricos firmemente documentados y la elaboración literaria de su figura, cargada de elementos legendarios y adaptada a las necesidades internas de cada una de las obras en las que de él se ha tratado. Todavía en nuestros tiempos es relativamente frecuente confundir ambos planos, histórico y literario, y aunque siempre es necesario compararlos, jamás se ha de confundirlos.

En la historia, Rodrigo Díaz fue un miembro prominente de la corte castellana durante el corto reinado de Sancho II el Fuerte (1065-1072) y al inicio del de su hermano y sucesor Alfonso VI, quien lo casó hacia 1074 con una pariente suya, doña Jimena Díaz. Sin embargo, una desafortunada actuación en la frontera toledana provocó el destierro de Rodrigo en 1081. Desde ese año hasta 1086, el caballero castellano, como tantos otros en su situación, estuvo al servicio de un rey moro, el de Zaragoza en su caso, cuyo territorio defendió frente a su hermano el rey de Lérida, aliado con el conde de Barcelona y con el rey de Aragón. A ambos los venció, respectivamente, en las batallas de Almenar (1082) y Morella (1084). Reconciliado con Alfonso VI, don Rodrigo regresó a Castilla en 1086, siendo pronto enviado a Levante para proteger los intereses castellanos. Exiliado de nuevo por el rey en 1089, don Rodrigo empezó a hacer la guerra por su cuenta, llegando en 1094 a conquistar Valencia, donde murió en 1099, siendo sus restos trasladados al monasterio burgalés de Cardeña cuando la ciudad fue evacuada por los cristianos en 1102.

Esta biografía sirve sólo de telón de fondo a la elaboración legendaria y así, por ejemplo, ni el Carmen Campidoctoris o Poema latino del Campeador ni el Cantar de mío Cid aluden en absoluto a los servicios prestados por el Cid en la taifa de Zaragoza ni a las batallas de Almenar y Morella, mientras que el segundo crea una ficticia campaña en el valle del Jalón centrada en la toma de Alcocer (un fortín cercano a Ateca), que sirve de puente para un avance directo hacia el sudeste, rumbo a Valencia. De este modo, los claroscuros del personaje histórico quedan lavados para presentar un luminoso héroe literario.